El arte colonial
El arte colonial fue desarrollado por artesanos indígenas y maestros europeos con el fin de ayudar al proceso de evangelización de América. En este tipo de arte se empleaba el movimiento artístico barroco, y en todas sus piezas, o al menos la gran mayoría, imperan las imágenes religiosas sobre todos los demás elementos.
Además, este se caracteriza por la fusión de cosmovisiones y técnicas de conquistadores y aborígenes, una diferencia grande con los conquistadores anglosajones, quienes simplemente aniquilaron a todos los indígenas de Norteamérica y no permitieron ningún tipo de mezcla.
El arte colonial encuentra su fin con los inicios de la Independencia, donde la producción de imágenes deja el ámbito religioso para abocarse a consolidar los caracteres nacionales diferenciados de Europa y a los poderes autonómicos, para lo cual, paradójicamente, los artistas absorberán el neoclásico e imitarán los modelos europeos de representación de la aristocracia.
El Arte Mudéjar es fruto de la convivencia de las culturas musulmana, cristiana y judía en los reinos hispánicos. En decoración destaca la talla de celosías y estucos, influenciadas sin duda por las del palacio taifal de La Aljafería en Zaragoza, y el uso arquitectónico de cerámica vidriada en paredes exteriores y de azulejos en suelos. En Aragón la cerámica vidriada es uno de los elementos de mayor interés por su empleo de grandes platos circulares y el uso de los característicos colores blanco, verde y manganeso.
La decoración tiene su origen en los musulmanes: geométrica, epigráfica y ataurique. Las estructuras arquitectónicas varían, aunque a menudo se basan en patrones cristianos, es frecuente encontrar plantas de edificios de inspiración románica o gótica. Sin embargo, es frecuente que las cubiertas sean de artesonado de madera, característica hispano-musulmana.
Comentarios
Publicar un comentario